El primer experimento de transferencia genética de un organismo a otro, a través de bacterias, fue en 1973. Diez años después, en 1983, comenzó la carrera de este descubrimiento, al insertar un gen resistente a los antibióticos en el tabaco. Curiosamente, 10 años más tarde, en 1994, salió al mercado el primer producto transgénico de consumo humano, un jitomate.
Es importante saber que esta técnica intenta cambiar características fundamentales de la planta con fines de explotación comercial, y todos sabemos que nadie vende malo. Actualmente son múltiples los cultivos de consumo humano que tienen modificaciones genéticas, es decir que son productos transgénicos: Bananos, soya, girasol, canola, algodón, remolacha azucarera, papaya, calabacita, arroz, alfalfa, berenjena, caña de azúcar, manzana, papa y trigo; y también hay derivados presentes en productos que consumimos como: productos con lecitina de soya, aceites vegetales, jarabe de maíz de alta fructosa y harinas y proteínas de soya.
En fin, los transgénicos ya están entre nosotros y seguimos con la duda de si son buenos o no para nuestra salud. Hablemos de pros y contras en general:
PROS
- Permiten mayor rendimiento y resistencia a plagas o arvenses, reduciendo el uso de agroquímicos.
- Beneficios nutricionales al aumentar la cantidad de vitaminas o aceites como el Omega 3.
CONTRAS
- Impacto en la biodiversidad
Al desplazar a especies nativas, reduciendo la diversidad y su variedad genética natural; se pueden afectar también a otros organismos que dependen de ellas.
Existe el riesgo de que los genes modificados se transfieran a especies silvestres mediante la polinización cruzada lo que podría generar super arvenses o super plagas, resistentes a herbicidas o insecticidas respectivamente.
- Resistencia de plagas y arvenses
Algunas plagas y arvenses pueden generar resistencia convirtiéndose en problemas mayores, aumentando los costos para los productores y generando un mayor impacto ambiental.
- Seguridad alimentaria y salud
Aún no se tienen evidencias contundentes, pero hay temores fundados y preocupación sobre posibles alergias, efectos a largo plazo que aún no se conocen, el consumo de productos que tienen residuos de herbicidas (de cultivos resistentes a esos productos).
- Aspectos socioeconómicos y culturales
Las semillas transgénicas están patentadas y en general con precios altos, por lo que los productores dependerán de su compra cada temporada, en lugar de guardar semillas para la siguiente siembra como se hace actualmente.
Más de una vez hemos escuchado “SIN MAÍZ NO HAY PAÍS”, y es que existen debates sobre la equidad en la distribución de los beneficios de la biotecnología y su impacto en la soberanía alimentaria.
Mi conclusión al respecto de este tema es que estamos lejos de saber el verdadero impacto de esta tecnología, que el panorama no es particularmente optimista con ellos, y que en nuestro país se está reduciendo significativamente el cultivo del maíz nativo debido a la búsqueda de cultivos más rentables. Pareciera que cada vez pensamos más que el dinero es lo más importante en las relaciones comerciales, BUCOSA no es afín en este pensamiento, si bien es muy importante el garantizar el trabajo y salario de nuestros colaboradores, y asesorar con éxito los cultivos de la región para que los productores se vean beneficiados, también pensamos que las relaciones de amistad, de trato humano y respetuoso, de convivencia y alegría, son parte indispensable de nuestra labor en el campo.
Gracias por ser parte de nuestro trabajo.
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Elaboró: Linda E. Arteaga G.
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